Museo de Galileo en Florencia
Florencia es una ciudad maravillosa, llena de vida, historia, arte y museos. Si has viajado allí, es muy probable que hayas visitado la Galería de los Uffizi y por supuesto, la Academia, para poder disfrutar del David de Miguel Angel. Pero si además te gusta la astronomía, o la ciencia en general, puede que hayas visitado un pequeño museo menos conocido justo al lado de la Galería: el Museo de Galileo, también denominado "Museo de la Historia de la Ciencia" y ubicado en el Palazzo Castellani.
No todo el museo está dedicado a Galileo, parte de él trata de la Historia de la Ciencia en general. La verdad es que hay de todo: mapas, globos terráqueos, relojes, artilugios matemáticos, ópticos, astronómicos, quirúrgicos o de navegación, colecciones de las casas Médici y Lorena de objetos de incalculable valor.
Una vez superada la impresión de las (¡increiblemente!) realistas maquetas de la sala de medicina, llegamos a planta dedicada a los mapas. Montones de mapas antiguos de Europa, del mundo...tal y como se entendía en cada momento. ¿Te parece que este mapa está al revés? Quizá simplemente todo es cuestión de perspectiva..
El museo reúne una extensa colección de telescopios antiguos desde la época de Galileo hasta nuestros días, y algunas reproducciones de telescopios más grandes que no se han conservado. Entre los objetos más valiosos del museo hay que destacar el telescopio con el que en 1609 Galileo descubrió, entre otras cosas, los montes lunares y los satélites de Júpiter.
Y otra de las joyas del museo, la increíble esfera armillar de Antonio Santuzzi, complejo instrumento construido entre 1588 y 1593, en el que se representa el modelo del universo según Aristóteles y Ptolomeo, modelo geocéntrico oficialmente aceptado en aquella época:
Descubrimos un ingenio de Galileo del cual nunca habíamos oído hablar: el Jovilabio. Galileo trató de encontrar una especie de reloj universal, que sirviera de referencia para cualquier lugar del mundo, basado nada menos que en la posición de las Lunas de Júpiter. La necesidad de una hora universal puede parecer una tontería, pero fue algo muy relevante para la navegación de aquella época, ya que tener una referencia universal es la única manera de poder determinar la posición respecto al Este/Oeste (la longitud). Muchos otros intentaron también encontrar métodos para determinar una hora universal, y el Jovilabio fue la propuesta de Galileo. Hay que decir que no tuvo demasiado éxito (intentar determinar la posición de las lunas de Júpiter en un barco en movimiento en medio del océano no debe ser tarea fácil), pero a nosotros nos encanta la idea por original y romántica.
Antes de la salida hay una sección interactiva para los más pequeños: lanzamiento de cañones, experimentos mecánicos... Y así, con una sonrisa, dejamos el museo que nos ha servido también para refrescarnos de una calurosa tarde de verano en La Toscana